ERIKA VAZQUEZ

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Erika Vázquez, una vida consagrada al fútbol

Nos reunimos con la delantera navarra para repasar la temporada del Athletic, la evolución del fútbol femenino y su situación personal.

Cruel broche a una buena temporada

El Athletic Club juega uno de sus últimos amistosos en el campo 7 de Lezama, que aguanta bien las continuas lluvias de la semana, con presencia de las menos habituales ante un San Ignacio combativo cuyas jugadoras disfrutan poniendo en aprietos a las leonas. Mientras tanto, Erika Vázquez (Iruñea, 30 años) realiza carrera en solitario en el campo 4 recuperándose de una lesión de final de temporada. Temporada que deja luces y sombras. “El balance que haces de la temporada en caliente es que te deja un sabor muy amargo. Está claro el juego ha sido muy bueno, como el del año pasado que también fue muy buena temporada y los números ahí están” comenta refiriéndose a la nada desdeñable marca de 23 victorias en 32 partidos oficiales con únicamente 3 derrotas y 85 goles marcados. Grandes datos que desgraciadamente no pudieron transformarse en títulos. “Me quedo con un mal sabor de boca porque has estado primera toda la liga y al final se te ha ido. Y la copa tampoco ha ayudado a cerrar bien la temporada”.

El Athletic perdió la liga en el último partido al caer derrotado 1-2 ante el Barcelona en la catedral. “Se te queda ese sabor amargo de no haber conseguido el título sobre todo perdiéndolo en San Mamés. Lo que más pena me da es por toda la gente que había ido al no poder ofrecerles la liga. Fue bastante duro. Empiezas el partido y dices ‘soy campeona’, pero pasan tres minutos y ya no lo eres”. Repasa las ocasiones que marcaron el partido y tuerce el gesto, “no les dio tiempo a ponerse nerviosas, al minuto tres ya iban ganando. No hicimos uno de nuestros mejores partidos, pero sí que fue cruel. Si entra la que dimos en el larguero…” comenta recordando el disparo de Nekane que puso en pie a la grada.
No faltaron voces que avisaban del peligro que tenía trasladar el partido al insigne viejo estadio y la responsabilidad que supondría ante 30.000 espectadores, pero Erika lo deja en un segundo plano. “No lo vemos como una presión extra porque ya hemos jugado más veces en San Mamés.” El equipo ganó 4 ligas en la Catedral y la propia Erika estuvo en la última de ellas. “Está claro que te sacan de tu casa y vas a un campo en el que juegas de vez en cuando y además siempre coincide que nos jugamos cosas importantes. No hemos ganado pero igual aquí tampoco lo habríamos hecho” nos confiesa mirando su habitual campo 2 de Lezama.

Prefiere ser positiva “No me llevé la liga pero sí todo el cariño de la gente. Creo que todas, y yo personalmente, si nos ofrecieran de nuevo la oportunidad, la cogería”.

No hubo mucho tiempo para asimilar la decepción de final de liga, y una semana más tarde comenzaban una dura eliminatoria de copa frente al Atlético de Madrid en la que el equipo se resintió. “La liga fue un mazazo duro, pero vas a Madrid y el equipo intentó sobreponerse y te traes un 1-0 que la verdad es que podrían haber sido más pero vinimos con la eliminatoria bastante abierta”.Una semana más tarde regresaban a Lezama para disputar la vuelta. “En el partido de vuelta nosotras sabíamos qué teníamos que hacer. Sabíamos que estábamos con nuestra gente, en nuestro campo y ya estábamos mejor”. El partido parecía que se les ponía de cara tras adelantarse en el marcador y quedarse en superioridad numérica aunque se mantenían las tablas en la eliminatoria. “Cuando estábamos jugando hablábamos y pensábamos ahora llega la prórroga, ellas están una menos… y recibes de repente ese gol en el 89. Nos mataron.” A Erika se le cayó el alma a los pies. Parecía que volvía repetirse el desenlace una vez más. “Sí, fue cruel, triste. Ya miras a ver si se acaba la temporada y la siguiente viene mejor.”

Optimista con el nivel del futbol femenino: “por primera vez vamos a ir a jugar un europeo”

La navarra vuelve a animarse cuando le preguntamos por el futbol femenino y defiende los pasos que se van dando. “Me pongo cuando yo empecé y la evolución ha sido enorme. Está claro que si nos comparas con el resto de países europeos igual vamos dando pasos muy poco a poco pero yo creo que sí que se avanza. Se podría avanzar mucho más y seguramente se podían hacer cosas mucho mejor pero bueno, yo creo que sí que estamos dando pasos importantes y nosotras la verdad es que no nos podemos quejar porque aquí estamos muy bien cuidadas y lo hemos estado siempre”. Los demás equipos también se van reforzando y se ve la mejora. “Yo soy muy optimista y el reflejo es que este año por primera vez vamos a ir a jugar un europeo. Yo creo que sí que hay jugadoras, hay nivel. Falta potenciarlo, trabajarlo desde dentro y darle el verdadero valor que se merece”.

La propia delantera estará entre las preseleccionadas para acudir a la cita veraniega en Suecia junto a Ainhoa, Leire, Ibarra, Irene, Joana y Olabarrieta. Convocatoria que se ha ganado tras completar más de 2.300 minutos oficiales y marcando 18 goles. “Estoy satisfecha. Ha sido una buena temporada. Me han respetado las lesiones, no he tenido ninguna de larga duración y eso te ayuda a poder estar, a poder ayudar y a día a día seguir mejorando.” Capitulo el de las lesiones en el que se acuerda de sus compañeras que salieron peor paradas, “hemos tenido también bastantes lesiones este año. La última semana Saio y Tzibi. Al final el que a un futbolista le respeten las lesiones es muy importante porque no pierdes ritmo, participas, tienes la posibilidad de poder entrenar, de ayudar y de mejorar».

La vida a través del deporte

El progreso y la superación son ideales marcados para Erika en el futbol y en el deporte. “El deporte es una manera de educar y yo por suerte me he educado siempre en el deporte y la verdad es que los valores de compañerismo, de sacrificio y de un montón de cosas los aprendes con el día a día que están ahí, los coges, los llevas. He vivido por y para ello. Es una forma de vida, yo llevo desde que tenía 8 años y me he educado en el deporte. He experimentado, he llorado, he reído, me he enfadado, he sabido lo que es estar jodida y tener que levantarte, situaciones buenas, situaciones malas. Yo creo que el deporte y el fútbol es la vida.” El compañerismo no le ha abandonado tampoco en el Athletic. Tras su paso por el Espanyol su compañera Flaviano no tuvo ningún reparo en devolverle el dorsal 19 que tanto le gusta. “No representa nada especial, pero me gusta. Me gustaba el 9 cuando jugaba en el Lagun Aro, aunque no soy una 9, y el 19 me gusta mucho. Me lo pidió Joana y le dije ‘sí, guárdamelo tú’” confiesa riendo.

La vida a través del deporte no se termina en Erika con su papel de jugadora. También lo eligió como vehículo de sus estudios y es licenciada en ciencias de la actividad física y del deporte y está haciendo un máster en alto rendimiento mientras trabaja como recuperadora en el club. “Está claro que si fuese chico igual no hubiese hecho tantas cosas seguramente, porque hubiese pensado que me iba a ganar la vida con esto, pero bueno, al final las chicas sabemos que esto dura lo que dura, no eres profesional y te tienes que elaborar un futuro. Todas sabemos que luego vas a tener que trabajar y que esto no te va a dar para comer.” En su caso trabajar en el club facilita acomodar horarios, pero recuerda a quienes no lo tienen tan fácil. “Tú quieres buscar un trabajo y es muy difícil porque dices ‘no mira, yo solo puedo trabajar de mañana, los fines de semana me tengo que ir todos…’ el caso de ‘Arra’ en medicina es de admirar, tiene que andar que si guardia que si no se qué, luego venir a entrenar, luego jugar, luego viajes… es de admirar. Iraia y Tzibi y yo que trabajamos en el club tenemos más margen, se agradece mucho”.

A gusto con su situación actual en el Athletic, Erika no piensa en cambios. “Hasta que el cuerpo aguante, yo me encuentro bien. Si no tienes tanta suerte como yo y no puedes compaginar llega un momento en el que tienes que elegir, y claro ya con una edad el trabajo requiere y esto son muchas horas, son fines de semanas, te tiras toda la tarde… Más que porque la gente quiera dejarlo o no es porque tienes otra vida“.

Uno de esos futuros podría estar al otro lado de los banquillos para la delantera, quien ya posee el título de entrenadora regional “El año que viene si ando bien con el máster tengo pendiente el grado 3. Así como me gusta mucho el tema de readaptación que me gusta mucho, mucho; no sé si me veo o no al otro lado pero sí me gusta».
Erika podría incluirse en una futura generación de nuevas mujeres entrenadoras “En superliga está nuestra segunda Edurne Burgoa y Natalia Astrain que ha fichado por el Levante Las Planas este año y muchas, muchas no hay. Antes había alguna más. Al final es como todo, poco a poco. Chicas con título hay, pero ganarte la vida con esto para una chica es más complicado. Esto es un deporte de hombres.” Dice mientras recuerda las posibilidades de otros países, como EEUU, donde “es un deporte de mujeres y casi todas son mujeres. En este mundo tienes que demostrar más que un hombre. La mentalidad está cambiando pero aún hay camino.”

Erika se muestra tan animada y optimista con el futuro de las jugadoras como lo está de las posibilidades del Athletic en su mensaje final: “La idea y el objetivo el año que viene va a ser el mismo. Seguir en la misma línea y trabajando bien algún día van a llegar los títulos. Hacer jugadoras y que suba gente de abajo que es lo más importante y animar a todas las chicas que están jugando a fútbol que no lo dejen porque es un sacrificio pero al final merece la pena. Si el día de mañana pueden estar aquí, para todas las que vamos abriendo puertas será muy importante».

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