Un equipo necesitado de doble dosis de paciencia

Ziganda en Ponferrada | Foto: Unai Zabaleta

Ziganda en Ponferrada | Foto: Unai Zabaleta

15 Octubre 2015

Víctor Lafuente 

A cualquier aficionado que invites a asociar un término a un filial, seguro que entre sus tres primeros intentos aparecerá la palabra paciencia, esto sucederá con seguridad si este experimento es referido al actual Bilbao Athletic, un equipo con una media de edad ínfima (21,1 años), para la demanda competitiva que exige la 2º división, limitado por la pérdida de jugadores importantes enrolados durante la pretemporada en el primer equipo, y lesiones que mantienen a una buen número de futbolistas alejados de las alineaciones, una pretemporada corta y complicada y algunos jugadores que deberían elevar sustancialmente el nivel del grupo, que han iniciado el campeonato lejos de su mejor forma competitiva.

Además de la paciencia relativa a los resultados y a lo clasificatorio,  podemos relacionar el concepto paciencia al modelo de juego del filial, entendido como la pausa necesaria, para imponer una serie de condiciones, que permitan desarrollar un jugar adecuado a las características de sus integrantes.

“Además de equipo, queremos ver jugadores» J.A. Ziganda.

El Bilbao Athletic, es un equipo con un idea de juego muy marcada, no puede ser de otro modo dadas sus peculiaridades, e insertadas estas  en la categoría, los perfiles no admiten un modelo reactivo ,más naturalizados con actuar, que con esperar.

«Queremos ser protagonistas y jugar en campo contrario» J.A. Ziganda.

El citado protagonismo nace de poseer, de tener para poder proponer, el Bilbao Athletic muestra cierta orfandad cuando no es capaz de guionizar los partidos desde la tenencia de balón.

Esa tenencia surge en la iniciación, donde la posibilidad de generar ventajas adecua unos pasillos de progresión agilizados, desencadenando ventajas en las sucesivas fases ofensivas.

Resulta vital la aportación de portero, centrales y pivote en la primera estructura ofensiva, y una segunda  línea erigida  como receptores libres y perfilados que faciliten la continuidad.

Visionando los partidos se muestra una incidencia positiva cuando aumentan las relaciones entre los integrantes de la primera línea, tomando tiempos que ajusten el proceso,  respecto a cuándo estos tratan de ubicar a los adelantados sin relaciones previas, entre próximos.

Esta pausa genera los tiempos y espacios favorables, optimiza distancias, facilita movimientos, desajusta e incrementa la separación entre oponentes y mejora las condiciones ante una potencial perdida.

«Los centrales tienen que sacar la pelota lo más limpia posible, los laterales alargar el máximo posible y en el mejor momento posible» J.A. Ziganda.

Pausarse, detenerse, tener paciencia para mandar, quitar velocidad para poder agregarla en los últimos metros, en lugar de invertir el proceso, correr, carecer de mando, dividir y perder, esa es la dualidad en la que vive el equipo, repasando los partidos hasta la fecha, los mejores momentos siempre nacen de iniciaciones pacientes y sosegadas, facilitadoras de avances, siempre que surgen procesos acelerados el dominio decae, como en algunas fases finales de partidos, a causa de  querer superar líneas a mayor velocidad de la conveniente, invirtieron el dominio pasando de dominadores a dominados.

» Sobre todo pensamos en que tenemos que hacer nosotros, qué hacer cuando tenemos la pelota, que tenemos que hacer para atacar, por encima de como vengan ellos, cuando perdemos intentar robar lo antes posible, lo más arriba posible e ir hacia adelante” J.A.Ziganda

Cuando el rival imposibilita una salida conforme a lo expuesto y obliga a dividir el cuero, más que dividirse el Bilbao Athletic se resquebraja, perdiendo dominio y aun en situaciones de teórica igualdad, el dominio real termina por cambiar de dueño, la división, la disputa, el choque y el contacto alejan al Bilbao Athletic del mando, como si el caos y carecer de sensación de control sobre el juego le disipasen y alejasen de su objetivo.

«En el contacto, salimos perdiendo“ J.A. Ziganda

 

Momentos de partido en los que el rival propone situaciones de igualdad numérica en salida de balón y obligan a inicias directos, generando una perdida de control sobre los procesos del juego han sido las peores secuencias futbolísticas de los cachorros en lo que va de temporada.

 

Parece clara la línea y desde la dirección no existen dudas, apostar por la paciencia y pausa en la salida e incrementar el vértigo en campo contrario, para dominar y ser protagonistas, evitando caer en las telas de araña que tratan de tejer sus oponentes, invitando al juego más vertical, que dificulte la imposición de condiciones en el juego por parte de los cachorros, obligando a continuas disputas, habituales en el juego de la categoría y donde los rojiblancos tienen más opciones de verse batidos, cayendo en la división y el cuerpo a cuerpo, que obviamente no le benefician.

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