UN CLUB SALUDABLE

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14 Mayo 2013

David Miguélez

 

La ansiedad por un título que no llega desde los años ochenta nos causa una distorsión de la realidad que debería ser. El Athletic goza de una salud deportiva extraordinaria. Muchos aficionados al leer esto me juzgarán por loco, reflexionemos sobre esa salud deportiva.

En los últimos cuatro años nuestro club ha disputado cuatro finales con una (sino la más) de las plantillas más jóvenes en media de edad de todo el campeonato. Cierto es que las cuatro fueron perdidas de manera más o menos clara, pero en el actual mundo social/deportivo un modelo de club como el nuestro debería de ser considerado totalmente exitoso tan solo por el hecho de jugarlas.

Me tacharán muchos de conformista, dirán que eso es de equipos y aficiones pequeñas, para nada lo soy, simplemente analizo nuestra realidad y la realidad que nos rodea.

Mantener una filosofía, mantener un balance económico saludable sin locuras de fichajes, dar oportunidad a los más jóvenes, llenar las gradas de nuestro estadio cada quince días, el nivel demostrado por las hoy promesas, mañana leones, son datos más que suficientes para argumentar mi postura sobre nuestra realidad.

Disponemos de jugadores con un largo recorrido futbolístico, algunos de ellos ya consolidados en la primera plantilla, otros aún por llegar pero que caminan con pasos brillantes hacia ese objetivo. En cada una de las líneas del juego disponemos de jóvenes que destacan por su proyección nacional. Porteros, defensas, medios y delanteros… Entrenadores que son llamados cada año para formar parte de proyectos deportivos europeos a nivel internacional. No es raro ver a técnicos de medio mundo acudir a Lezama a estudiar la metodología de trabajo de nuestro club.

Deberíamos ser capaces de analizar fríamente todos estos puntos y mantener la paciencia. Los «éxitos» llegarán, y los entrecomillo, porque la realidad deportiva del último cuatrienio para mi es exitosa como ya he mencionado en líneas anteriores.

Debemos ser capaces de controlar la ansiedad, permanecer unidos todos los ámbitos participativos en tan bonita asociación, empleados, directivos, socios y aficionados agarrados de la mano en pos de un emblema, nuestro escudo, porque es lo que representa en realidad, la unión de un pueblo, la unión de los valores, del sentimiento, de la fe, de la confianza en nuestro futuro, el convencimiento de un modelo duradero y victorioso.

La pérdida de esas propiedades que siempre nos han identificado son las que acaban desembocando en algo minúsculo, en la pequeñez.

La unión es nuestra «gabarra», nuestra fuerza, lo que no podemos perder, es el trofeo que más brilla en nuestras vitrinas.

Somos grandes, yo lo se, y vosotros también, ahora gritemos juntos ATHLETIC TXAPELDUN, porque, aún sin trofeos materiales de por medio, el éxito nos acompaña, pocos en estos momentos pueden presumir de nuestra salud deportiva. Y todo eso siendo un mal año…

Gracias y aúpa Athletic.

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