Idoneidad, composición y fines del segundo filial (Basconia)

31 Octubre 2013

Pedro José García | Cambil (Jaén)

Yeray defensa central del Basconia | Foto: Unai Zabaleta

Yeray defensa central del Basconia | Foto: Unai Zabaleta

Después de intercambiar opiniones en las redes sociales con Patxón (@Patxon5) y el conductor de esta página, Javi Martín, me animo a hacer una reflexión sobre la existencia de un segundo filial senior del Athletic Club y la forma de gestionarlo.

Para mí la necesidad de un segundo filial para jugadores que aun no dan el nivel para aterrizar en el Bilbao Athletic es absolutamente necesario, partiendo de la premisa de que nuestro primer filial permanece en 2ªB. Muy importante que el Basconia sea un equipo en la Tercera Categoría, no necesariamente en la parte alta de la clasificación.

El Basconia, en mi opinión, debe ser el equipo donde estén los jugadores en edad juvenil más notables, arropados por recién salidos de la categoría, máximo chicos con 20 años de edad. En las convocatorias deberían entrar, con merecimientos logrados a lo largo de la semana, sobre ocho jugadores. Debe ser, por así decirlo, nuestro “primer equipo juvenil”.

El nivel de la liga de Juvenil División de Honor a día de hoy,  hace que los jugadores de más nivel de dicha categoría, vayan sobrados en cuanto a resultados y obtengan marcadores abultados por lo general, lo cual no quiere decir que se consigan los objetivos de formación.

Como ejemplo de ello la temporada pasada, el equipo tipo en Juvenil de Honor tenía un jugador de primer año (Jurgi Oteo) y dos de tercer año (Etxaburu y Williams), el resto eran de segundo año. Ese equipo obtuvo grandes resultados, ganó la liga con suficiencia, cayó inmerecidamente en la Copa de Campeones con el que, a la postre, sería el campeón, y llegó a la final de Copa de Rey con una trayectoria notable.

La campaña anterior hubo unos 10 juveniles que no pisaron esa categoría, a saber: Kepa, Markel Etxeberría, Gil, Molinos, Undabarrena, Bengoa, Seguín, Monteiro y G. Santamaría…¿Habría sido bueno que estos jugadores hubieran permanecido en juveniles para su progresión? En el caso de que los citados hubieran competido en Juvenil de Honor ¿Cuál sería la progresión de los Yeray, Jurgi Oteo, Williams…?

La Tercera División es una categoría apta para el aterrizaje de juveniles muy dotados para el futbol a futuro en categorías superiores senior. El salto directo a 2ªB sería sideral para la inmensa mayoría de los jugadores, por muy buenos que sean, conllevaría mucho tiempo de adaptación, sólo entrenando, o compitiendo poco, con lo que supondría un perjuicio temporal en la formación competitiva. Debe ser tomado como un “curso puente” para pasar de juveniles a 2ªB, ya que el salto competitivo y la exigencia física es inabordable para casi cualquier juvenil, es necesario un tiempo de acoplamiento jugando con mayores en una categoría intermedia, no perdiéndolo en el banquillo, compitiendo en un escalón inferior.

Personalmente no veo posible que chicos como Aketxe o Unai López hubieran dado el mismo rendimiento en el B.A. tan pronto si no hubieran tenido ese paso intermedio por el Basconia.

La exigencia en distintos aspectos al cambiar el juvenil por Tercera es importante:

Mentalmente:  Jugadores habituados a ganar regularmente, la mayoría de las ocasiones con holgura, se ven ahora con problemas cada jornada para sacar un buen resultado, esto hace que el jugador madure mentalmente y se tome el trabajo entre semana más en serio si cabe, aprender que cualquier despiste tiene consecuencias y que hay que luchar los partidos hasta el final cada semana (fomento de competitividad, no sólo interna, también contra los que se tiene enfrente).

Físicamente: Se ven en inferioridad física, tanto en peso como en fuerza, potencia o velocidad en la mayoría de los casos. Esto les hace exigirse para mejorar, tanto en las cualidades propias, como en aspectos del juego, menos tiempo para pensar, contactos más duros, mayor dificultad para zafarse de un rival….Cosas a las que tampoco estaban habituados. Hay que recordar que estos juveniles son una selección de los que más potencial tienen, en teoría, en un ámbito territorial, si juegan contra los de su misma edad ¿qué sentido tiene?, la lógica dice que se deben ganar los partidos fácil.

En ocasiones he leído que sería ideal no tener equipo en Tercera, ceder a jugadores que salgan de juveniles a clubes del entorno de esa categoría o superior y después repescarlos para el Bilbao Athletic. A mí no me parece una opción plausible en la mayoría de los casos por varias razones:

-Los jugadores están poco hechos anímicamente a esas edades en general y saldrían a vestuarios donde se pueden encontrar sin apoyos.

-Los sistemas de juego, trabajo técnico-táctico, cargas físicas, medios, conocimientos de cuerpo técnico…muchas cosas pueden dejar que desear y perderse los jugadores por el camino.

-Se perdería la uniformidad del trabajo de base de Lezama en una fase crucial, como forma y estilo de juego hacia la que la Dirección Deportiva quiere orientar al primer equipo.

-Falta de asunción de roles protagonistas en una edad clave, en la inmensa mayoría de los casos serían jugadores secundarios, poco protagonistas, esto puede marcar la formación. En un equipo filial, con gente de la misma edad o parecida nadie se puede esconder, tienen que asumir su rol y trabajarlo en cada situación no amparándose en veteranos, porque si no, le puede esperar la salida a final de temporada.

-En caso de problemas de lesiones o baja forma en el Bilbao Athletic no se encontrarían recambios minimamente fiables, acostumbrados al menos, a competir en el ámbito senior.

El gran problema de la diferencia de nivel, o bajo nivel en algunos casos, con los equipos de la liga en Juvenil de Honor exige al club una respuesta haciendo competir a los mejores por encima de esta categoría. La merma es evidente que por norma general ha de darse en los resultados y la clasificación al ser un equipo excesivamente joven e inexperto en la categoría. Por el contrario los efectos positivos pueden ser la maduración deportiva a edades tempranas, asimismo habrá menor relajación debido victorias fáciles que pueden conllevar acomodo en entrenamientos y partidos. Esto suele tener incidencia  a corto-medio plazo en la formación.

Ni que decir tiene que lo que hay que primar en un filial es la formación, por ello hay que contextualizar los resultados y la clasificación, darle la relevancia justa, tanto para mal como para bien. Se han dado muchísimos casos de jugadores que han descendido a filiales y luego han sido grandiosos jugadores.

 

 

 

 

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