El sinsentido de los sinsentidos

Vaya por delante mi apoyo y respeto a todosaquellos afectados por el Coronavirus, así como a todos los que toman las decisiones. Por supuesto, mi admiración a todos aquellos profesionales de la salud que luchan día a día por minimizar las consecuencias de esta terrible pandemia. Sin embargo, esto no me exime de dar mi opinión sobre alguna de las decisiones que han ido tomando los que gobiernan. Soy plenamente consciente de que esto que estoy escribiendo no va a valer absolutamente para nada, pero bueno, oye, por lo menos me quedo a gusto.

El pasado día 26 de octubre, el todopoderoso Iñigo Urkullu anunciaba nuevas medidas para combatir la Covid-19. Una de ellas impedía a todos los clubes vascos no profesionales de cualquier deporte continuar con su competición. Por si esto fuera poco, limitaba los entrenamientos a grupos de 6 personas. Días más tarde, el Gobierno Vasco acordaba también suspender los entrenamientos.

No sé si estas medidas ayudarán a combatir el Coronavirus. Lo que si sé es que estas restricciones empeoran la salud de muchos de los que dedicamos nuestro tiempo libre a practicar deporte en equipo. En resumen, empeorar la salud de las personas para mejorar la salud global, ¿un poco sinsentido no?

Desde que tengo uso de razón, me he hartado de leer artículos sobre la importancia del deporte para las enfermedades cardiovasculares, para la salud mental, para socializar, para todo. También me he hartado de leer y escuchar lo malo que es el tabaco, las drogas, el alcohol, etc. Pues bien, a día 18 de noviembre del maldito 2020, sigo viendo a adolescentes hacer botellones, a los no tan adolescentes “de copas”, a los adultos con el gintonic después de comer y a mi abuela con su copa de Champagne. Ah, y me lo dejaba, los niños, para mi los más perjudicados, jugando a la playstation al juego ese de robar coches. Lo que sí que no veo, dejando de lado alguna excepción, es a la gente haciendo deporte, lo que hasta marzo de 2020 era tan importante, pero que por lo visto, sorprendentemente, ya no lo es. ¡Qué despropósito!

Llegados a este punto, alguno me contestará lo siguiente: “vaya usted a correr”, “vaya usted a andar en bici”. Pan para hoy, hambre para mañana.

Yo, muy a mi pesar, cuando no puedo competir, suelo salir a correr y andar en bici. No he visto a nadie menor de 14 años, por decir alguna edad, practicando alguno de estos dos deportes. Los niños necesitan que se les inculque todos los valores que el deporte en equipo les pueda inculcar: trabajo en equipo, liderazgo, puntualidad, respeto al rival, al árbitro, a los compañeros, sentido de la responsabilidad, etc. Necesitan también una fuente de diversión que no sea la Play Station, y por supuesto, los padres de estos niños necesitan que hagan deporte en un entorno controlado.

Con respecto a los no tan niños, estudiantes, trabajadores…conozco miles de casos, que cuando se trata de entrenar a baloncesto, fútbol, rugby, waterpolo, balonmano… lo hacen encantados. Cuando se trata de correr, andar en bici, prefieren otras alternativas un poco menos sanas, pero sanas también como quedarse en el sofá, hacer botellón, fumar…

Por mucho que algunos no lo quieran entender, y cito textualmente el 5º párrafo de la iniciativa #BultzaKirola Euskadi. “El no reanudar la práctica del deporte escolar y federado traerá consigo vaciar de deportistas los clubs y asociaciones, que no sigan en el deporte y con ello, unos hábitos más individualistas y asociales, menos saludables, y si no es así, estarán en la calle: juntos, sin guardar distancia, quizás sin mascarilla, y en esos columpios, toboganes, bancos, que nadie desinfecta. Sin alternativa para pasar su ocio”.

De acuerdo con un informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del (CCAES) del Ministerio de Sanidad, dentro del ámbito social, la mayoría de brotes se refieren a reuniones de familiares y amigos (1770 brotes), eventos organizados (108) o los establecimientos de restauración (102), mientras que sólo 24 brotes se dan en actividades deportistas, un 0,28% del total. Estas cifras llevan a pensar que el entorno deportivo es seguro para la práctica de la actividad física.

A este dato, hay que sumarle los esfuerzos de todos los que vivimos en estos mundos por cumplir los protocolos marcados: toma de temperaturas, uso de la mascarilla, uso del gel, no uso de vestuarios (imagínense los días de lluvia y frío como llegamos a nuestras casas), etc.

El trabajo en la sombra que se da para que la práctica deportiva sea lo más segura posible es enorme. No parece que al Señor Urkullu le importe. A las primeras de cambio, la actividad social más segura, la primera en echarla a tierra. Otras Comunidades Autónomas, como la Comunidad de Madrid, en una situación mucho peor a la de Euskadi, ha conseguido darle la vuelta a la tortilla y sin llevarse por delante al deporte.

En el aspecto económico, es evidente que muchas familiar sufren y sufrirán estas restricciones. Sin embargo, no me quiero meter en este apartado, pues hay otros colectivos sufriendo también. Desde aquí mi apoyo a todos ellos también.

Por favor, Señor Urkullu (o quien sea quien tome las decisiones): considere el deporte en equipo como una actividad esencial y no por nada en especial, sino porque ES UNA ACTIVIDAD ESENCIAL.

Un comentario

  • Iazid saidani

    Totalmente de acuerdo , yo diría más y más contundente , pero en estos tiempos todo aquel que discrepe y no obedezca la versión dictatorial y oficial, es un Cosnpiranoico . Nos están matando literalmente .

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